Pintores trabajando
2001 – 2002

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En Pintores trabajando, el espectador se ubica sobre la alfombra en la que Jusidman se paraba al pintar los retratos (las manchas en ella lo atestiguan); así, el espectador se introduce de hecho en el territorio del artista. En la imagen del cuadro, el pintor retratado por Jusidman contempla su propia tela y funciona como un reflejo especular de nuestra posición como observa do – res ante la pintura de Jusidman. Sin embargo, este reflejo carece de una simetría perceptual, pues los pintores retratados —recordando la Venus de Velázquez— nunca encuentran con su mirada al espectador. Las miradas duplicadas del retratado se cruzan justo entre el espectador y el díptico, trayendo a colación la tela ausente que es el foco de atención del pintor retratado. En cuanto a nosotros, nuestra atención oscila entre lo que vemos y lo que buscamos ver (la tela que mira el pintor). Y esta oscilación mental entre “contemplación, autocrítica e imaginar lo que podría ser pictóricamente posible” es precisamente lo que el pintor experimenta ante una obra en proceso.
—Eva Wittocx, Pintura en obra, 2001

Pintores trabajando es una serie de retratos acerca del tema de la atención que ofrecemos a la pintura. Quiero alejar esta atención tanto de la contemplación estetizada del romanticismo como de la auterreferencialidad del modernismo. El inducir un sonambulismo poético o el conjurar una necesidad seudocientífica no debe confundirse con el deseo de apelar al involucramiento meditativo del espectador. Para disipar el espectro del romanticismo, mis parejas de retratos revierten todo intento del observador por centrar su atención en la composición, de modo que se frustra la fijación de la mirada contemplativa. Los pares de imágenes, por su par te, sugieren una especie de visión estereoscópica, pero se niegan a fundirse en un efecto estereoscópico, y así generan una idea de espacio pictórico plano que no se atiene al dictamen modernista contra la figuración. Por supuesto, el plano aquí no es “absoluto” como lo sostendría el monocromismo, sino retórico. El espacio plano, después de todo, es una contradicción de términos. Para desmoronar un obstáculo modernista he optado por articular el espacio pictórico sin que tenga que entenderse como plano o profundo, o más bien debería decir: para que se entienda como plano y profundo.
—Yishai Jusidman